domingo, 1 de febrero de 2009

China town y el Buda reclinado


Hoy toca ir de templos por Bangkok. Pensamos ir andando des
de el hotel hasta la ribera del río Chao Phraya donde se encuentra el Wat Pho, el templo del Buda reclinado. El desayuno en el hotel ha sido muy bueno, con huevos, salchichas, yogur, café, cereales, bollería, fruta,...Nos hemos puesto hasta las cejas, como está siendo la tónica todo el viaje, vamos.



Después de pensar que estamos perdidos prácticamente al salir del hotel y hacer dos giros, un amable lugareño nos indica que vamos en la dirección correcta. Un cuarto de hora más tarde llegamos al primer punto de interés cultural de nuestra excursión del día: La puerta de China.



Esta puerta señala el inicio de Chinatown. Justo al lado se encuentra el Wat Traimit, un templo bonito pero nada del otro mundo.



Al otro lado de la calle Charoenkrung se encuentra un hospital con un templo pequeño donde va la gente a orar. Los símbolos budistas en esa zona son del budismo chino.



Seguimos recto Charoenkrung dirección al río Chao Phraya y llegamos a un mercado que poco a poco va ganando animación. Hay dos calles paralelas, Charoenkrung y Yaowarat, que son las principales arterias de Chinatown, y entre estas una miriada de pequeñas calles que las unen. Acaba siendo un paseo fantástico para los ojos.



El mercado desemboca en el templo Wat Mangkon Kamalawat, donde no se pueden hacer fotos, y la única que tengo nítida es la de una cucaracha gigante moribunda. Ay pobre!!!



Poco más allá entramos en el barrio de mayoría india y paquistaní, Prahurat, también conocido como Little India. En él hay mezquitas y templos hindúes, aunque nosotros sólo nos paramos en un 7-eleven a coger algo frío y refrescante pues la calor es insoportable.



Ya no pararemos hasta llegar al templo de Wat Ratchabophit, un templo precioso con la curiosidad que en algunas de sus entradas tiene tallado en relieve las figuras de soldados ingleses, seguramente por la obsesión de Rama IV con la Gran Bretaña, pais dónde estudió y del cual se trajo entre otras cosas la manía de conducir por la izquierda.



El templo está al lado de un canal que lo separa del parque de Suan Saranrom, un lugar precioso que parece que esté en una ciudad diferente, sin contaminación de ningún tipo y dónde la gente pasea tranquilamente o hace footing.



Tras descansar un ra
to en este parque nos lanzamos de lleno al Wat Pho y a ver su Buda Reclinado...¡impresionante!. Tuvimos que pasar dos veces acompañados de miriadas de turistas para valorar mejor lo que estábamos viendo.



Después del Buda reclinado, la imagen del Buda de la muerte, nos dejamos llevar por el recinto del templo, llegando a un edificio donde se halla una escuela de masajes. Los estudiantes hacen los masajes a los turistas a precios módicos, bueno, no tan módicos como esperábamos, pero es que los thai de tontos no tienen un pelo, y aprovechan cualquier mínima ocasión para pelar al turista, con todo el derecho, pero a veces se pasan.



Tras el Wat Pho intentamos entrar en el Wat Prakaeo, el templo del buda esmeralda, pero ya ha cerrado. A las puertas hay decenas de timadores de turistas, simulando querer ayudarlos pero en verdad lo que quieren es llevarlos allá o acá según quién les dé la comisión.
Nos volvemos dirección el hotel por la calle Bamrungmuang, llegando al Wat Suthat, el último templo que vamos a visitar hoy. Es bonito pero me quedo con el Wat Pho.



Cerca del Wat Suthat cogemos un tuk tuk. Hasta ese momento hemos hecho algunas intentonas pero tanto los tuk tuk como los taxis pasan de nosotros a menos que paguemos lo que ellos nos dicen o que hagamos paradas intermedias en aquellos comercios donde ellos tienen comisión, cosa a la que no accedemos. Este chico nos lleva hasta el hotel y le damos propina por su honradez.



Tras un baño en la piscina del hotel, en el segundo piso, una cosa muy rara pues se trata de una piscina muy grande, de unos veinte metros de largo y diez de ancho, una ducha y a la cena en el restaurante del hotel, también comida italiana. Se nota que estamos hasta los webs de tanta comida thai como llevamos en todos estos días.

Después salimos un rato a pasear por el Patphong hasta que yo ya no aguanto más y nos volvemos a la habitación. Antes del paseo contratamos para mañana un chófer que nos lleve al mercado flotante de Damnoen Saduak.

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