lunes, 8 de diciembre de 2008

Comienza el viaje a Tailandia

Son las diez y media de la mañana, nos hemos despertado con un poco de resaca pero estamos obligados a espabilar rápido pues a las 12:30 nos viene a buscar un coche contratado por la agencia de viajes. Quería subir fotos de la boda al feisbuk, enviar un mail de agradecimiento a todos los amigos que vinieron a la fiesta de la pasada noche, pero nada...no da tiempo a prácticamente nada, tan sólo a cerrar maletas, desayunar, hacer un lavavajillas y hala!!!...ya suena el interfono. Un mercedes con su chófer contratados por la agencia nos recoge y nos lleva al aeropuerto.

Allí nos encontramos con Míguel que coge un avión de vuelta a Valladolid un par de horas más tarde. Comemos juntos y cuando llega la hora nos despedimos: ya estamos camino Amsterdam. El vuelo es cómodo, el problema viene para el vuelo largo.

El avión que nos lleva de Amsterdam a Bangkok es una tartana donde ni siquiera puedes estirar las piernas, el aire acondicionado sale de no se sabe dónde y además no tenemos acceso directo a pasillo, con lo que nos levantamos dos veces en todo el camino. Son algo más de diez horas en las que dormimos menos de la mitad, acumulando más cansancio al que ya llevábamos de los días anteriores y al que se nos acumulará a causa del jet lag.

Esta foto debío ser pasando por el desierto de Gobi (vamos, creo yo).



Llegamos a Bangkok a eso de la una del mediodía hora local. Esta es la foto de bienvenida junto a unas cuantas del su majestad el rey Rama IX.



Nos viene a recoger Nino, un/a tailandes/a que ha aprendido español en pocos meses y viendo la televisión. Nos proporciona toda la documentación que necesitaremos para el viaje mientras nos explica qué podemos hacer en la ciudad esa tarde antes de partir mañana hacia el nordeste del país. También nos dice que no paguemos más de cien baths por un taxi o un tuk tuk.

Nuestro hotel está en pleno Chinatown, se llama Sanghai Inn, y no está nada mal, lástima de las hormiguitas que se desplazan por las paredes y los mosquitos que se preparan para un orgía nocturna de sangre.



Después de descansar un par de horas salimos del hotel y nos vamos directamente al MBK pues a penas tenemos ropa. Nuestro objetivo se frustra, no encontramos cosas que nos interesen, salvo los gallumbos Calvin Klein y Emporio Armani, ah!, también unos calcetines gruesos que me irán de coña para el frío del norte y una camiseta Billabong. Cenamos en un japo, a mí me gusta más que a Silvia. Después de la cena nos hacemos el primer masaje del viaje, Silvia de espalda y yo de pies, mmmm, al terminar me quedo tan bien que sólo deseo meterme en la cama y descansar. Volvemos en tuk tuk, negociando un precio de 100 baths (dos euros y medio). En el hotel nos conectamos media horita a internet y nos vamos a dormir, que estamos hechos polvo y además al día siguiente nos levantamos a las 6:30 de la mañana.

No hay comentarios: