lunes, 8 de diciembre de 2008

La fiesta del Loi Katong (Khonkaen, dia 2)

No hemos dormido nada mal en nuestro colchón en el suelo, no hemos tenido ni frío ni calor. La única pega es que los gallos han comenzado a cantar a las 4:30, y a esa hora ya se oye a la gente trajinar por la casa, dando de comer a los animales y preparándose para ir al campo a trabajar. A las 7:30 tenemos que estar en casa de Henk para desayunar. Tras el suculento desayuno nos vamos a la escuela del pueblo. Allí observamos como los niños de primaria y secundaria forman filas para cantar el himno de Tailandia mientras se iza la bandera del pais. A las 8 de la mañana y las 6 de la tarde, en todo el pais, se iza y se baja la bandera, y mientras tanto suena el himno; durante ese rato la gente se detiene y canta, todos excepto los coches. Los extranjeros (farang) también se paran en señal de respeto.

Subimos a una de las aulas y allí jugamos con los niños. Primero una competición en la que nosotros les decimos un animal en inglés y ellos, divididos en dos equipos, han de escribir el nombre correctamente en inglés y en thai. Después nos hacen preguntas siguiendo un guión preparado por Henk, y nos cantamos canciones en tai, castellano y catalán. Tanto ellos como nosotros lo pasamos muy bien. Por último salimos del aula y nos vamos al patio a hacernos unos katongs para la fiesta del Loi Katong. Esta fiesta se celebra en la decimo tercera luna llena del año, para dar la bienvenida al invierno, la estación de recolección del arroz. Es la principal fiesta del pais junto al año nuevo thai, que se celebra en abril (por cierto, están en el año 2551). La celebración consiste en echar barquitos al río que se lleven nuestros pecados y problemas. Los barquitos suelen estar hechos con una base de tronco de platanero, a la que se le adorna con hojas del mismo platanero, flores y una vela e incienso en el centro, que se encenderán en el momento de echar al río el katong. Nos cuentan que en Chiang Mai, al norte del pais, se celebra con una especie de globos con velas, en vez de barquitos, y con fuegos artificiales, pues la población china es muy grande allí y tienen mucha influencia.

Así que nos ponemos manos a la obra y con mucho sudor (por la calor) y con un poco de ayuda por parte de profesora y alumnos/as, nos hacemos un par de katongs.

Después de la visita a la escuela nos vamos a Kohn Kaen, pues le hemos dicho a Henk que tendríamos que comprar algo de ropa. De camino pasamos por una aldea que están preparando una gran fiesta de Loi Katong, con concurso de katongs, damas de honor, carrera de coches adornados...


Durante un rato nos mezclamos con la gente del pueblo, hacemos fotos a doquier y dudamos si probar la ensalada de papaya (sot pram o algo así); se trata de una ensalada amarga con tomate, papaya, cebolla y vete a saber qué mas, a la que le añaden diferentes salsas, entre ellas una de pescado podrido que tiene uno de los olores más asquerosos que jamás hemos olido; al final no nos atrevemos a probarla.

Seguimos hasta Khon Kaen, y nos detenemos en un centro comercial muy interesante donde acabamos comprando pantalones, polos y camisetas para afrontar nuestros días por el norte.

Tras el shopping Henk nos lleva al principal templo de la ciudad. Miki entra con nosotros y nos lo enseña; de sus explicaciones deducimos el gran respeto que muestra hacia la religión budista; unas cuantas veces nos dice de echar monedas en diferentes sitios para ser felices...en fin, allá donde fueres...

Recorremos los nueve pisos del templo o pagoda, viendo budas, santos, y objetos varios de la cultura rural tailandesa. El nueve es el número de la suerte en el budismo theravada, el budismo practicado en Thailandia. Cabe decir, que el budismo no tiene un papa, sino que el budismo de cada pais tiene su propio jerarca, no hay una jerarquía global como entendemos en la iglesia católica. Así, el Dalai Lama es la máxima autoridad del budismo tibetano, que a su vez es de la corriente Mahayana, la corriente más establecida en el norte de Asia.

Henk se nos une cuando ya estamos bajando; volvemos a Khampom. Saliendo de la ciudad nos encontramos con una fiesta de Loi Katong montada por los estudiantes de la universidad de Khonkaen, un desfile de carrozas por la calle principial de la ciudad hasta llegar a la uni.


En Kampoh al llegar volvemos a ir a hacer una pequeña siesta hasta las siete, hora en que hemos quedado en casa de Henk para fabricar otro par de katongs con algunos niños de la escuela del pueblo.


Cuando estamos a punto de acabarlos han llegado una pareja de turistas de Quebec, Steve y Dominique.Con ellos, los guías y los niños nos vamos al lago cercano a Kampoh a echar nuestros katongs, para así desprendernos de nuestros pecados y problemas.


Volvemos, cenamos y hacemos una tertulia en la que Dominique, la mujer de Quebec, lleva la voz cantante. Es una mujer curiosa, sí señor. ¡A dormir que mañana nos espera el Phu Kradueng!.

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